Hace sobre cuarenta años, en el mundo libre occidental, teníamos un panel de periodistas, reporteros e informadores comprometidos con su trabajo, veraces incluso cuando se equivocaban y comprometidos con la verdad. Recuerdas lo que es la verdad? Sí hombre, todos aquellos hechos, dichos y realidades que el marxismo cultural dominante debe esconder para que no afecte su narrativa fake.
Estoy seguro que ni un solo de estos auto denominados “periodistas” de hoy en día reconocería la verdad aunque ésta se les presentara en forma de diosa erótica y voluptuosa, les diera un beso en la boca y les metiera su tarjeta de visita en el bolsillo, despidiendose gracilmente con un guiño. Wink!
Actualmente ya nadie se acuerda de esa profesión que usaba el pensamiento crítico como herramienta, que ponía el foco en la busqueda de la corrupción política y que intentaba de veras informar a la ciudadanía de los hechos, sin flitros ni ambajes.
Hoy, tenemos una caterva de falsos profetas, tahúres y manipuladores con el carnet de prensa. Son muy vagos, están muy ideologizados y están subvencionados por los poderes a los que deberían estar acosando como lobos, como buenos periodistas. Eso se acabó hace mucho. Si desde el momento que una élite paga un servicio, es evidente que este servicio no morderá jamás esa mano. Es como si las élites pagaran directamente a policías y jueces. ¿Qué crees que pasaría? Pues lo que está pasando en UK o en Escandinavia, gente detenida por opinar algo incorrecto, algo politicamente no progresista. La inquisición revestida de modernidad. La Stasi disfrazada de virtuosa ignorancia y maldad.
No nos podemos fiar de vosotros, periodistas. Habéis perdido toda credibilidad y hace mucho tiempo. sois putas al servicio de ciertos señores y amos, y no protegéis una información veraz y libre, protegéis que esa información no perjudique nunca a quienes os pagan.
La distancia a la que podéis llegar en vuestras mentiras y manipulaciones para proteger a esa casta y, de paso, a vuestros ingresos, no tiene límites. No existe dimensión espacio-temporal conocida que pueda medir la arrogancia, la bajeza y el servilismo infame del periodismo occidental.
Formáis parte de esa ideología que odia vuestras raices, y no existe mentira ni discurso al que no acudáis con tal de manipular y mentir. No tenéis razón de existir como cuarto poder crítico con los otros poderes. Os habéis convertido en otra rama más del chasis rígido y totalitario que conforman las otras ramas del poder.
Vuestro deber es, ya que os negáis a volver a usar los más básicos y fiables mecanismo de vuestra profesión para destripar la verdad, simplemente desaparecer. De hecho ya lo habéis hecho. El peridismo inquisitivo, crítico y veraz desapareció hace mucho. Lo ha reemplazado un ejercicio malicioso en el que se mezclan intereses mezquinos, maldades evidentes y servilismo repugnante.
El periodismo debería desprenderse de ese nombre, otrora confiable y virtuoso, incluso en los errores. Debería llamarse protitución de la palabra, mercadeo de la información o involución de la realidad.
Lo cojonudo es que muchos de los seres que habitan este mundillo tienen la arrogancia, encima, de mirar al populacho al que creen que manipulan con una sonrrisilla torcida en la comisura de los labios, viviendo comodamente en su pretendida auto complacencia, sin saber que muchos estamos más que escaldados de su atraco permanente y su violación de las palabras, y que no seguimos sus charadas, al igual que no participamos de las charadas de los políticos progres.
A ver si os enteráis, cenutrios. Nunca ninguna persona en uso del sentido común se fiará de vosotros. Lo lamentable es que tenéis un banco de peces adoctrinados entre los que poder seguir echando carnada y pescando, pero tengo la sensación de que muchas de esas caballas se están convirtiendo en tiburones de los que miran con curiosidad agresiva y no pasan una. Esa al menos es mi esperanza.
Se os terminará la orgía de displiciencia, de mentiras, y la realidad se volverá contra vosotros, inquisidores de medio pelo. La historia y el tiempo son tozudos jueces de que a todo cerdo le llega su San martín. Seréis corridos a gorrazos. Será un dos de mayo precioso y la gente normal os pondrá en vuestro sitio, ese agujero mazmorril que os corresponde y por el que habéis trabajado con denuedo, vendiendo vuestra alma al diablo por unas migajas y un poco de poder temporal.
No creo que esa labor denominada periodismo se recupere jamás de tal debacle. El asunto es grave, y no ya para los que tenemos que sufrir tal arrogancia totalitaria, lo es especialmente para los periodistas atolondrados y borrachos de poder.
Quizá algún día despierte entre vosotros alguien con determinación e integridad, y podáis volver a la senda de la esencia de ese trabajo: La busqueda de la verdad, sin importar a quien duela u ofenda. Pero esta esencia es algo totalmente ajeno a los actores actuales que llevan las riendas de la manipulación. No reconoceriáis esa esencia ni en cien vidas.
Paz y libertad, aunque no tengáis ni puta idea de que hacer con ninguna de ellas.
ISLAMISMO ¿RADICAL? 